Historia

Una ciudad con historia// Vista de Toledo por la noche

La riqueza histórica de Toledo es más que evidente. Su óptima situación geográfica, rodeada por el río Tajo y sobre un escarpado peñón, ha seducido a la sociedad desde la prehistoria. 

Toledo: el comienzo

Toledo inicia su periplo como ciudad carpetana en la Edad de Bronce, hasta que fue conquistada por los romanos en el año 192 a.C, al comando de Marco Fluvio Nuvilor.

Bautizada como Toletum, sus nuevos moradores vieron en ella un lugar en el que asentarse. De hecho, en la actualidad se conservan algunos vestigios de lo que en su día fueron calzadas, termas e, incluso, uno de los cuatro mayores circos romanos que se construyeron en la Hispania Romana.

Ciudad de las Tres Culturas

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Toledo, en sí misma, condensa el devenir de la propia historia peninsular a lo largo de los siglos; especialmente de aquellos más convulsos e inestables de la Edad Media, donde jugó una baza fundamental en la evolución y (re)conquista cristiana.

Mitad leyenda, mitad evidencia histórica, lo cierto es que Toledo todavía hoy presenta una división clara de su casco urbano más antiguo por los barrios de las tres religiones.

Se dice que Toledo fue durante la Edad Media un crisol de culturas, capaz de aglutinar en convivencia pacífica los credos de las religiones de Abraham. Cristianos, musulmanes y judíos asumieron, cada uno, su propio rol. Sucesos que han dotado a Toledo de una una gran diversidad de acentos, costumbres y culturas.

Desde la Edad Moderna hasta la actualidad

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Toledo es un excelente ejemplo de lo que un día fue el gran Imperio Español. En el siglo XVI el esplendor del Renacimiento dio alas a fastuosas construcciones como el Alcázar.

Sin embargo, en 1561, Felipe II decide trasladar la corte y la capitalidad a Madrid; un punto álgido para Toledo, que perdió gran parte de su poder social y político. La ciudad pasó a ser una urbe prácticamente dedicada a lo eclesiástico.

En el transcurso de la Guerra Civil Española, el Álcázar de Toledo se convirtió en un símbolo de resistencia de los sublevados durante dos meses.

En la actualidad, esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es una de las más visitadas. Posee una gran riqueza cultural y un encanto capaz de conquistar al viajero más exigente.

Tradiciones que todavía perduran en la mismísima cocina toledana, y muchos de sus restaurantes ofrecen una interesante oferta de platos castellanos; en ellos todavía subyacen los sabores de la cocina árabe.

Mazapán toledano

Por ello, Toledo también es sinónimo de excelente gastronomía. Desde la perdiz estofada, hasta el mazapán, pasando por el cochifrito manchego, hacen de la ciudad un lugar ideal para realizar turismo gastronómico.

Degustar cada uno de sus platos puede ofrecer grandes sensaciones a los comensales; placeres que alcanzan su máximo esplendor con un vino adecuado de La Mancha (mejor aún si es de la propia Mancha toledana).

 

 


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