La Ciudad

Conocida por ser la cuna de las Tres Culturas, la ciudad de Toledo es hoy una referencia histórica, cultural y turística de primer orden en España. Con alrededor de 84.000 habitantes, la capital administrativa de Castilla-La Mancha, contiene la esencia castellana en sus cuatro puntos cardinales.

Por ello, no es de extrañar su reclamo anual para miles de visitantes, siendo una parada obligatoria en el babel de culturas y países. Sus visitantes diariamente y cámara en mano, se rinden a sus rincones plagados de historia.

Toledo, ciudad transcendental

La llamada «Ciudad Imperial», fue sede soberana del Imperio de Carlos V. El primer monarca de toda España dejó huella en la heráldica de águilas bicéfalas de los Hasburgo en algunas de sus puertas; por ejemplo, en las bisagras.

Existe una obra maestra arquitectónica de obligada visita: el Alcázar de Toledo. Numerosos incendios y bombardeos no ha conseguido doblegar la guarida del gran Carlos V. Fortaleza medieval en origen, el Alcázar fue transformado en un gran palacio renacentista, gracias a la iniciativa del anteriormente mencionado monarca.

Pilar fundamental de la Iglesia y el Ejército

Escudo Reyes Católicos en Toledo

En la vieja «Toletum», dos instituciones marcan la etiqueta y protocolo de la misma. Por un lado, su sede eclesiástica, reinada por su catedral, conformó durante siglos la sede primada de España. Actualmente, se erige como todo un referente espiritual y cultural europeo.

La catedral de Santa María, también conocida como catedral Primada de España, comenzó a construirse en 1227 sobre la estructura de una catedral visigoda del siglo VI. De estilo gótico, la construcción ocupa el segundo lugar de todo el país, en lo que a tamaño se refiere.

No obstante, esta catedral es digna de visitar por su extraordinario valor artístico y cultural, ya que entre sus muros se gestaron las actuales universidades, así como las labores asistenciales y el desarrollo de talleres de arte.  Además, una de las cunas del catolicismo en todos sus estamentos.

En segundo lugar, el Ejército tiene un gran valor el la ciudad, siendo sede de la Academia de Infantería. Un legado reflejado en el sombrío aspecto castrense de la sociedad toledana, reconocida por la salvaguardia de sus tradiciones y raíces culturales.

Toledo y sus puentes

Puente de Alcántara en Toledo

Sin embargo, el embrujo de Toledo no se queda ahí. Siguiendo el curso del río, la ciudad no puede concebirse sin sus puentes, amparados por el río Tajo. Una simbiosis visual, que cautiva las retinas de todo visitante.

El más conocido de todos ellos, el puente de Alcántara, fue construido (probablemente) en época romana. Enlaza el casco urbano con el castillo de san Servando y la Academia de Infantería. Sus puertas fortificadas y su recio aspecto ofrecen un lugar perfecto para fotografiar un paisaje digno de postal.

Otra gran obra arquitectónica de la ciudad es el puente de San Martín. Estructura realizada en la Edad Media, la cual ha ido sufriendo diversas modificaciones a lo largo de los años; producto de las sucesivas guerras que se ha sobrellevado la ciudad.

Desde 1986, Toledo fue declarada Patrimonio de la Humanidad por su enorme riqueza monumental. Una ciudad plagada de historia, que esconde también las más cautivadoras leyendas. Una suma de grandes cualidades, que culminan con una excelente oferta culinaria proclamándose Ciudad Gastronómica en 2016.

Destacan, especialmente, los vinos de la Denominación de Origen La Mancha; los vinos de la Mancha Alta de Toledo son el reclamo perfecto para deleitarse en la ciudad.