Corpus Christi de Toledo: una tradición con historia

La ciudad de las tres culturas se viste de gala exactamente 60 días después del Domingo Pascua. Desde hace siglos, la procesión del Corpus Christi es una de las festividades más referentes de la ciudad y uno de los días más importantes del calendario toledano.

Arte, religión e historia se fusionan en este día tan señalado.

¿Cuál es el origen del Corpus Christi toledano?

La procesión del Corpus Christi surgió para honrar a la hostia consagrada en la Eucaristía.

El Papa Urbano IV decretó en 1262 que se organizaran procesiones con la intención de que los fieles exteriorizaran su fe y mostraran su amor por Dios.

Al principio, la festividad se llevaba a cabo en el interior de los templos, pero, con el paso del tiempo, comenzaron a realizarse en las calles.

En Toledo la festividad no tomó importancia hasta 1342. Desde entonces los toledanos ponen todo su empeño en la celebración del Corpus Christi. La participación en el evento suele ser masiva, siempre siguiendo el dictamen del Cabildo Catedralicio y bajo la mirada del Arzobispo.

En ella participan más de 60 hermandades, cofradías e instituciones privadas y públicas.

Pese a ser una procesión de carácter religioso, el Corpus Christi cuenta con la presencia de bandas de música, civiles y militares.

Durante la procesión, la Sagrada Forma se encuentra en el interior de la custodia de Enrique Arfe. Creada entre 1515 y 1523, la joya fue construida por encargo de Cabildo de la Catedral de Toledo. En forma de torre gótica, se compone de 18 kg de oro y 183 kg de plata adornada por 260 pequeñas piezas decorativas.

Año tras año la tradición se repite

Todos los años, el casco antiguo de Toledo se embellece para recibir la procesión del Corpus Christi.

El recorrido procesional se perfuma con hierbas y se decoran las calles con guirnaldas, flores, faroles, telas y otros llamativos adornos. Los balcones también se adornan para recibir la sagrada forma.

Adornos de Toledo en el Corpus ChristiFotografía: Francisco Javier Martín Fernández (Filckr)

El día del Corpus comienza con el toque de diana y el lanzamiento de bombas reales. Posteriormente, a las 11:00 de la mañana se anuncia la salida de la procesión desde la catedral.

La procesión sigue el recorrido por el casco antiguo: las cuatro calles, la plaza de Zocodover, la calle de Alfileritos. Y mientras, las calles llenas de fieles y visitantes contagiados por la magia de la procesión

Un Corpus Christi para todos los públicos

El día del corpus varía según el año. Se celebra 60 días después del Domingo de Pascua; justo el jueves posterior al Domingo de la Santísima Trinidad.

Pero, en Toledo, la festividad no solo dura un día. Durante toda la semana se celebran numerosas actividades culturales (talleres, conciertos, desfiles…) y religiosas tanto para niños como para adultos.

El día del Corpus, a parte de las ceremonias y actividades religiosas, también se puede disfrutar de un desfile de gigantes y la célebre Tarasca o de las mejores romanzas de la zarzuela por la noche.

Placeres para un público no tan joven

Hostelería y comercios también ponen su granito de arena. Durante el Corpus Christi las reservas en hoteles suben al igual que las ventas. Del mismo modo los bares incrementan su clientela y ofrecen a los visitantes sus mejores productos, pues la cultura gastronómica también es importante.

¿Por qué no disfrutar de la belleza singular de las calles de Toledo, sentado en una terraza, a la sombra, y saboreando un vino de La Mancha? Nada mejor para combatir el calor que una copa de vino blanco, que por cierto, marida muy bien con platos ligeros; o de un rosado, perfecto acompañante para un aperitivo.

La fiesta del Corpus Christi fue declarada hace más de 35 años de Interés Turístico Internacional. Ha conseguido enamorar a todos aquellos que se han acercado para contemplar Toledo en este día tan especial y florido. Y es que la Mancha es una tierra de cultura y tradiciones, con un sabor propio.

Fotografía de portada: Francisco Javier Martín Fernández

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