Cuevas de Toledo, paraíso subterraneo

Toledo es un verdadero tesoro cultural, arquitectónico y gastronómico. Todos conocen sus iconos más representativos, así como su excelente tradición culinaria y su vino. Sin embargo, existe un Toledo más desconocido, pero, no por ello, menos asombroso.

Las profundidades de la ciudad esconden lugares mágicos solo aptos para los más aventureros: las cuevas de Toledo. Todo un paraíso subterráneo que se posiciona como otro gran reclamo para visitar la ciudad.

A continuación, os descubrimos alguna de las cuevas ma´s importantes. Si, además, acompañas esta fría y húmeda lectura con vinos procedentes de La Mancha Alta de Toledo, mejor que mejor.

Cueva de Hércules

Interior de las cuevas de Hércules en ToledoFotografía Carlos Delgado

El callejón de San Ginés esconde una obra arquitectónica ha pervivido desde la época romana (siglo I d.C.). Construido con el fin de almacenar agua para el abastecimiento de la ciudad, esta cueva ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de su historia; también ha sido ocupada por diversos edificios.

Su obra inicial fue modificada con la llegada de los visigodos a la ciudad. Sobre la  estructura, una iglesia cristiana. Los musulmanes, con su ocupación, hicieron lo mismo levantando una mezquita. Por último, los cristianos hicieron lo propio dando lugar a la construcción de una parroquia en honor a San Ginés.

Con los años, el abandono y dejadez de la edificación provocaron un deterioro que culminaron con su demolición en el siglo XIX. Varias de sus estructuras originales se conservaron. Sin embargo, la cueva de Hércules volvió a resurgir. En 2008 fue declarada Bien de Interés Cultural y, a partir de 2010, pueden visitarse.

Su riqueza histórica no se escapa de poseer sus propias leyendas. En un texto del medievo se afirma que Hércules, su promotor, había aprovechado el lugar para construir sus palacios; en su interior practicaba artes ocultas.

Dentro de la cueva, guardó un cofre con las desgracias que asolarían la ciudad y los más extraordinarios tesoros. Advirtió a sus sucesores que colocaran un candado más para reforzarlo. Sin embargo, la curiosidad de don Rodrigo (último rey visigodo) pudo más y, por consiguiente, perdió la ciudad a manos de los islámicos.

Cuevas de Higares u Olihuelas

Cueva de HigaresFotografía: ciudaddelastresculturas.com

Cerca de la ciudad de Toledo, entre el término de Olias del Rey y Mocejón, se ocultan unas cuevas subterráneas dignas de visitar (pero no de transitar). En ellas, se ha encontrado presencia de humanos que datan de la última etapa del Paleolítico. Existen pruebas también de un asentamiento romano, el cual se dedicaría a la explotación de unas canteras de piedra blanca cercanas al lugar.

Las cuevas se dividen en tres partes bien diferenciadas llamadas Carrera de caballos, la Cocinilla y la Cantera vieja. Por ello,también es correcto dotar a esta cueva como cantera, por la utilidad que se le ha dado.

Se conforman bajo amplias galerías con techos altos que rondan los tres metros. Los estragos de los años provocados por la acción de la naturaleza, así como el abandono del ser humano, han provocado numerosos desprendimientos y derrumbes. Por ende, no se recomienda la entrada a su interior, además de estar ubicada en una propiedad privada.

Cuevas del Museo del Greco

Cuevas Museo del Greco, ToledoFotografía toledosubterraneo.com

Se trata de una construcción subterránea del siglo XIV , en forma de galería, que se posiciona como el único resto conservado del que fuera el tesorero de Pedro I: Samuel Leví. Actualmente, alberga una casa-museo repleta de importantes obras del gran pintor renacentista El Greco.

Se cree que las cuevas formarían parte del sótano y semisótano del palacio de Samuel Leví. Conformadas en varias plantas, sus galerías son abovedadas. Su fachada puede verse desde el exterior, debido a diversos desprendimientos que ha sufrido a lo largo de los años.

A principios del siglo XX, el Marqués de Vega – Inclán adquirió un solar en la judería toledana con la intención de enaltecer la figura del pintor español; creía que allí había vivido. Sin embargo, la construcción había pertenecido a la duquesa de Arjona y la casa del susodicho se encontraba al otro lado de la calle.

No obstante, este lugar alberga un gran patrimonio del artista que rememora la vida y la personalidad del artista. Dos grandes cualidades a desarrollar de un pintor marcado por la oscuridad y el olvido, pero que, sin embargo, su genialidad ha transcendido a lo largo de los años.

 

 

 

 

 

 

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